AQUEL RABEL / BANDURRIA, EL DE SABUGU.








Hace unos estuve con el grupo Garma (más tarde pude volver con Los Cámbaros), tocando en el Museo Etnográfico “El Caserón” de San Sebastián de los Reyes dentro de su programa Los Viernes de la Tradición. 

Nada más entrar en una de las interesantísimas salas de este centro mi mirada giró rápidamente hacia una de sus vitrinas donde reposaban un par de rabeles / bandurrias. Uno de ellos hizo que mi corazón diera un pequeño blinco de emoción. Hacía años que no lo veía pero podía reconocer perfectamente esa madera de saúco transformada en instrumento musical. 
Era el rabel de Pedro Madrid, mi maestro.
Mirando hora tras hora ese rabel / bandurria aprendí a tocar. Analizando el baile de los dedos del maestro sobre las cuerdas, siguiendo con mi cabeza el hipnótico "va y ven” del arco o rabil. 
Y es que Pedro no tenía un método definido más allá de la pura transmisión oral: mirar, escuchar y repetir, mirar, escuchar y repetir, mirar, escuchar y repetir... y paso a paso fuimos aprendiendo. 

Salí de allí profundamente emocionado. Acababa de reencontrarme con un pedacito de la historia popular cántabra y de la mía personal.